sábado, 27 de septiembre de 2008

....una máscara, una que pase desapercibida, una de nadie, inexpresiva, distante... para ti.


Tenía un encargo, el cuco me dijo que necesitaba una mascara nueva, que la que tenía antes ya no le quedaba. Quería una mascara de él mismo, una que no se note... yo tengo algunas hechas para mi, tengo experiencia creándome mascaras así que también le hice una al cuco.
Los que estamos hechos de nada, de materia oscura, de éter helado, necesitamos máscaras para que nadie nos note, además es peligroso, uno nunca sabe cuando podría desvanecerse... y es mejor no ser nadie a no ser ni eso.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Máscaras... Necesarias desde el inicio de los tiempos... Los nativos del mundo tenían 2 nombres: uno externo, de uso general, con el que la gente le reconozca; y uno propio, uno suyo, que conocen pocos, casi nadie. Se decía que conociendo este nombre personal, se dominaba al sujeto, por lo que sólo era confiado a pocos...

Ahora hablamos de máscaras, porque nos las ponemos y nos las quitamos a voluntad... máscaras hechas por nosotros, artesanos del disfraz, para aparentar lo que en verdad no somos. Ahora se usan máscaras en lugar de palabras no por referencia al mundo materialista, si no porque éstas pueden ser cambiadas con cada persona. Persona, del griedo prósopon: máscara. Curioso, los griegos ya sabían que las personas usaban máscaras para disfrazarse ante el resto.

Las máscaras se cambian, y se crea una para estar con otro enmascarado, que no quiere mostrarse ante el resto, por temor tal vez, pero si es por esto justificado.

Máscaras, muchas tenemos... Una para cada ocasión. Tal vez tenemos muchas, pero no demasiadas. Con las máscaras podemos protegernos, las hacemos de diversos materiales según la ocasión y el enmascarado que tenemos frente: papel, fácil de rasgar; madera, dura pero penetrable; acero, dura, muy dura y muy distinta al verdadero rostro del enmascarado. Las hay de espejo, pero son distintas, y de ésas no he de hablar ahora.

Por qué no quitarnos la máscara? Si hacemos máscaras de papel para cubrirnos, cómo quedaría nuestro rostro ante un ataque frontal? Las cicatrices perdurarían por siempre...

Mejor no quitarse la máscara ni para dormir, un ataque en sueños puede lacerarnos y cambiar todo. La confianza nos lleva a quitárnosla, y sufrir por ello. Mejor confiar, pero con máscara puesta.

Máscara... Quítatela bajo tu propio riesgo...

Anónimo dijo...

una máscara un placer intenso de nuestro yo